Velódromo Las Mestas

Grupo Mapa Sonoru. (10 mayo 2014)

El Complejo Deportivo Las Mestas es una instalación deportiva ubicada en Gijón, que cuenta con dos zonas claramente diferenciadas:

En la zona sur se encuentra el Estadio de Atletismo Jose Luis Rubio, instalación dotada con pista de atletismo homologada según la normativa de la Real Federación Española, un módulo cubierto de atletismo y una sala de musculación. Además cuenta con una grada para albergar a 3.000 espectadores.

Y en la zona norte se encuentra ubicado un campo de rugby, un campo de fútbol americano, una pista de saltos hípicos, un velódromo, un anillo acuático, dos pistas polideportivas, una sala de musculación, una pista hípica de entrenamiento de arena y tres naves de boxes para alojar caballos.  

En este recinto no solo se puede disfrutar del concurso hípico de Saltos Internacional de Gijón cada verano, sino que durante todo el año es lugar de encuentro y competición para ciclistas, patinadores, jugadores de rugby y palistas, entre otros. En ocasiones es también escenario de conciertos ya que tiene la capacidad de albergar 15.000 personas.

El Velódromo tiene 428 metros de cuerda. Cabe destacar que en 2008 acogió el campeonato del mundo de patinaje de velocidad sobre patines en línea.

El Sábado 10 de mayo dedicamos la jornada de trabajo de campo a grabar la actividad que había en dicho velódromo. Después de haber estado en estaciones de autobuses y trenes, en entornos de autovías y en el puerto, todos ellos lugares donde predominan los sonidos producidos por motores, nos apetecía escuchar y capturar sonidos de bicicletas y patines.

El paisaje sonoro en el velódromo el sábado, no solo estaba conformado por los sonidos producidos por las bicicletas y patines -los sonidos que íbamos buscando- si no también por los sonidos producidos por los motores de los vehículos que circulaban por su entorno y por las conversaciones entre ciclistas. 

En todo el tiempo que estuvimos allí, los ciclistas no daron ni una sola vuelta al circuito sin hablar. Dada esta situación, decidimos pedirles si podían dar una vuelta en silencio para poder realizar una grabación sin voces, y aunque quisieron darnos el gusto, fueron incapaces de estar callados la vuelta entera. 

Una vez más se puso de manifiesto lo difícil que es domar el paisaje sonoro. Podrás parar las bicis, los patines, e incluso los coches, pero conseguir que las personas no hablen durante un minuto, eso es casi imposible.

 Imágenes: Juanjo Palacios